martes, 2 de octubre de 2012

Los susurros de la noche el principio me sobrecogen, poco a poco mis sentidos se van acostumbrando a la noche eterna, palpándola, sintiéndola en cada poro. Ahora la Luna me abraza y las sombras se funden con mi ser... me siento tan asustada y vulnerable... ¡cuánto daría por tener un maestro, un ejemplo a seguir, un Lestat que me enseñase el camino!
Se que soy una asesina a sangre fría, pero no me juzguéis, es la ley del más fuerte, mi naturaleza y mis instintos animales son los que me guían.
Hace tan solo una semana, en una noche como esta, yo era como vosotros, una más, una chica que se recogía tarde, después de una noche de borrachera con los colegas, totalmente ignorante de lo que me acechaba en las sombras, ajena a este submundo que me engulle y al que me han sometido a la fuerza para después abandonarme a mi suerte, pero ya me empiezo a acostumbrar... ya está empezando a gustarme. Ya no me late el corazón, pero, paradójicamente, ahora me siento más viva que nunca. Se que soy otra criatura de la noche más, indigna de entrar en el reino de los cielos, pero aun así se lo agradezco a aquel que me despojó de mi vida para traerme de vuelta al mundo, para hacerme nacer de nuevo.
Y piensa, que en este mismo instante, mientras lees esto, hablas por teléfono, ríes o besas, yo puedo estar acechándote entre las sombras, pendiente de arrebatarte todo aquello que me robaron a mi; vida, alma y corazón, y, tal vez, si colaboras, podré darte el valioso obsequio de la vida eterna.


 



Aroa .·

No hay comentarios:

Publicar un comentario